La amortización de una hipoteca es la operación económica más importante que afronta una persona en toda su vida. Por ello se contratan seguros de vida en la suscripción de dicha hipoteca. Al fin y al cabo es la manera de hacer frente a la misma en caso de fallecimiento o invalidez que imposibiliten su pago

 

 

 

Sin embargo, los riesgos más extremos para la vida no son los únicos a los que nos enfrentamos; hay otros, de carácter menos radical pero no por ello menos preocupantes, que también están ahí, y reclaman su propia protección. Por esta razón, cada vez se generalizan más los seguros denominados de pérdidas pecuniarias ligados a préstamos hipotecarios. Te explicamos cómo funcionan y cuáles son sus principales cifras en España.

 

Los seguros de pérdidas pecuniarias te cubren circunstancias que provoquen que, durante un tiempo, seas incapaz de abonar tus cuotas. Por ejemplo en un momento que te quedes sin trabajo.

 

La prestación media que se libra por estos compromisos es de unos 1250 euros. La mediana está bastante por debajo, en los 683 euros. Esto es una buena demostración de que hay muchas prestaciones que se sitúan por debajo de los 500 euros; pero que, al mismo tiempo, por encima de ese nivel, más o menos, los abonos crecen muy deprisa. Hay, pues, muchos casos en los que el seguro sale al rescate de una familia o de un individuo, abonando por él cantidades más que respetables.

 

3 de cada 4 beneficiarios tiene menos de 45 años.

 

La mayor parte de las prestaciones estudiadas, seis de cada 10, se produjeron entre dos y cinco años después de haberse constituido el seguro, lo cual quiere decir, normalmente, el momento de constitución del propio préstamo.

Esto nos viene a demostrar que el seguro de pérdidas pecuniarias rinde un servicio muy claro ante lo inesperado, puesto que hablamos de plazos muy cortos entre el momento en que se comenzó a amortizar el préstamo y el momento en que se produjo la circunstancia que llevó al deudor a dejar de pagar las cuotas mensuales. Otro elemento importante es la edad. Tres de cada cuatro beneficiarios del seguro de pérdidas pecuniarias ligado a hipotecas tenía menos de 45 años, y uno de cada tres, menos de 35. Se puede, por lo tanto, concluir que el beneficiario tipo de este tipo de seguros es una persona joven y que está haciendo frente a las primeras cuotas del préstamo. Es decir, a cuotas que son todavía relativamente elevadas.

 

Se trata, por lo tanto, de un seguro que cumple una evidente función social, equilibrando las cosas en un momento de la vida en que se pueden desequilibrar peligrosamente. Un ejemplo más de que el seguro está ahí para ser útil cuando más falta hace tener algo útil cerca.

 

 

 

 

 

 

 

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Summa Insurance

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